Cuando hablamos del sistema inmune, estamos hablando de un conjunto de tejidos, células y proteínas que nos protegen de agentes externos e internos para evitar contraer diferentes bacterias, parásitos y virus que pueden dañar nuestro organismo.
Si no contamos con un sistema inmunológico fuerte y sano, estamos mucho más expuestos a padecer diferentes patologías que pueden ir desde un resfriado hasta una reacción alérgica u otras enfermedades de mayor riesgo como los distintos tipos de cáncer, por ejemplo.
En este sentido, es importante prestar atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo para saber si nuestra respuesta inmunitaria es correcta. La bajada de defensas se puede manifestar de muchas formas, entre las cuales destacan las siguientes:
- Heridas que tardan en cicatrizar.
- Infecciones recurrentes.
- Propensión a diarreas.
- Encías inflamadas.
- Dolor muscular.
- Cansancio excesivo.
¿Qué hábitos nos ayudarán a fortalecer el sistema inmune?
Una buena alimentación acompañada de algunos suplementos naturales (como son algunas tinturas que nosotros recomendamos) y un estilo de vida favorable para nuestro cuerpo. Potenciar o no la inmunidad depende de cada persona por lo que es esencial poner en práctica las siguientes recomendaciones:
→ Descansar bien
Dormir entre 7 y 8 horas diarias contribuye a recuperar la energía y a fortalecer las defensas día tras día.
→ Ser optimista y estar alegre
¿Sabes que las emociones tienen un claro impacto sobre el sistema inmunitario? Y qué mejor forma que nutrirlo de felicidad.
→ Practicar ejercicio de forma regular
Mantenerse activo es esencial para estar más ágil y fuerte si tenemos que combatir diferentes estados patológicos. Así que dedica unos 30 minutos cada día a activar tu cuerpo y sumarás salud.
→ Tener una buena higiene
Cumplir con una higiene adecuada y lavarse las manos con asiduidad es otra práctica que nos ayuda a estar más sanos y a prevenir enfermedades.
→ Liberar el estrés
Estar en calma es indispensable para mantener las defensas a flote. La depresión, la angustia y la ansiedad restan energía y perjudican la respuesta inmunológica.