Es muy efectiva frente a problemas intestinales, ya que ayuda a regular su funcionamiento, alivia fuertes dolores y aumenta la absorción de nutrientes. A su vez, evita la pesadez estomacal, los gases y las náuseas.
Debido a su propiedad como hepatoprotectora, favorece la secreción de bilis y y la eliminación de residuos tóxicos y metales pesados.
Por su acción vermífuga ayuda a eliminar parásitos internos del sistema digestivo.
Ayuda en la regulación del ciclo menstrual y alivia síntomas premenstruales y menopáusicos.
Sirve para tratar el paludismo o malaria, ya que uno de los compuestos de la artemisa, la artemisinina, tiene una rápida acción en pacientes sintomáticos.
Puede tener efectos positivos en pacientes que presentan tumores, ya que puede actuar sobre células tumorales.
Ayuda a absorber mejor los nutrientes de los alimentos que ingerimos.
Estimula la función de los riñones y combate la retención de líquidos.
Purifica la sangre y facilita la eliminación de toxinas.
Combate la fatiga física y mental gracias a su acción tonificante.
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